I
En su grave rincón, los jugadores
rigen las lentas piezas. El tablero
los demora hasta el alba en su severo
ámbito en que se odian dos colores.
Adentro irradian mágicos rigores
las formas: torre homérica, ligero
caballo, armada reina, rey postrero,
oblicuo alfil y peones agresores.
Cuando los jugadores se hayan ido,
cuando el tiempo los haya consumido,
ciertamente no habrá cesado el rito.
En el Oriente se encendió esta guerra
cuyo anfiteatro es hoy toda la tierra.
Como el otro, este juego es infinito.
II
Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
reina, torre directa y peón ladino
sobre lo negro y blanco del camino
buscan y libran su batalla armada.
No saben que la mano señalada
del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino
sujeta su albedrío y su jornada.
También el jugador es prisionero
(la sentencia es de Omar) de otro tablero
de negras noches y blancos días.
Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza
de polvo y tiempo y sueño y agonías?
Updated every Monday, Wednesday and Friday ... and maybe other days too.
Wednesday, August 08, 2007
God moves the player and he, the piece
I'll be away from this blog for a week and a half - how odd, still, to think of coming back to England as being "away" - so here's your last taste of Spanish chess until my return. Or rather, Spanish-language chess, since the poem below, Ajedrez ("Chess") was written by an Argentine, José Luis Borges. Enjoy. Hasta luego.
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2 comments:
Or to put it another way...
Yes, it's not much good, is it?
In fact I looked around the web for a decent translation of the whole poem and I can't find one: there's something inept here and that's as good as I could find. Oddly, the second stanza has been properly translated, but not the first.
At some time when my Spanish is better than it is now, I'll have a go myself. (Of course, if I were Nigel Davies, I'd insist on being paid for it, but I'm not, so I won't.)
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